jueves, 19 de marzo de 2020

Perder lo encontrado.

Encontré a esa persona que me hace sonreír con un simple mensaje. 
La encontré y la perdí, como todo en esta vida.

Quizás tengas razón y no sepa amar de verdad, pero tiene explicación: ¿Cómo esperas que alguien como yo sepa amar cuando nadie la ha amado de verdad?

El amor de amigos, el amor de hermanos, el amor de familia, esos amores los entiendo y aún así soy muy torpe con ellos. ¿Pero cómo pretendes que entienda el amor que una mujer profesa por alguien a quien quiere como su pareja?

No supe manejar mis emociones, nunca he sabido hacerlo y nunca he mentido o escondido algo, porque me gusta demasiado ser trasparente y sin secretos. Así que sí, dejé salir mis sentimientos, mis deseos, mis ambiciones, mis esperanzas, esperando que tú las atraparas entre tus manos sin aventurar que pudieses dejarlas caer. Y lo hiciste. Yo sola me ilusioné pensando que con lo bien que congeniábamos pudieses sentir lo mismo que yo, pero no fue así y no supe manejarlo.

Me dañé luchando por algo que ambos sabemos que nunca iba a pasar. Eres una criatura enamorada de la libertad y siempre amarás la libertad, y yo no podría darte eso porque me aferro a lo que quiero. Pero lo peor es que te dañé en mi desesperación y no sabes cuánto lo siento.

La distancia me está matando poco a poco, ambos sabemos que sin ti no duermo, no río, no vivo. Sólo sobrevivo y eso no es vida, pero sé que es lo mejor para ti y para él. Sé que es mucho pedir, pero no dejes que él crea que no le quiero, porque es todo lo contrario. Tú y él, él y tú, sois lo que más amo y amaré hasta el final.

Me pican las manos a todas horas, no puedo concentrarme y me desvelo imaginándoos entre mis brazos. A veces sueño despierta y nos imagino como me hubiese gustado que todo fuera, ¿me dejas contártelo?

A veces sueño que llegas a casa de uno de tus conciertos, tu cabello alborotado en esa maraña de rizos que siempre llevas. Él corre hacia la puerta, ella ladra y corre tras él y yo os observo desde la cocina, riendo al ver cómo le atrapas entre brazos e ella salta a tu alrededor buscando atención. Una mirada a lo lejos entre los dos, esa sonrisa tuya seguida de tus tontos guiños, un sonrojo avergonzado y un beso al aire que promete muchos más cuando estemos solos.

Otras veces sueño con ir a tu trabajo con él de la mano a verte o tú visitándome en el mío. A veces nos imagino esperando una niña, una con el cabello tan alborotado como tú y mis ojos, tan igual a ambos como él.

Pero los sueños, sueños son y siempre vuelvo a la realidad. Esa en la que nunca llegas a casa y yo me mantengo en la distancia porque no puedo dar más de mí ya que nada queda.

Y aún así, sigo siendo capaz de susurrar en mitad de la noche, como si pudieses oírme esos "Je t'aime avec tout mon coeur" que nunca me atreví a pronunciar.



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